Que cuando te pregunten, puedas contestar con total libertad de expresión, para así, poder mandar callar a más de uno. Sin ataduras, sin brazos que te agarren, desatando cada una de las cuerdas que te aferren a esos absurdos problemas. Nada que te obligue a hacer algo que no quieras. Sin horarios, ni leyes absurdas. Un mundo donde opinar este permitido.
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