3 de abril de 2011

Es una necesidad.

Escuchar: Screaming Bloody murder.
Y tras una noche loca de sábado, me encuentro aquí pagando las consecuencias de tal locura. En sí no tenía pensado salir. Estos días me siento excesivamente cansado, si sigo de este modo cualquier día me encontráis muerto en cualquier cuneta, veréis. Está semana ha sido dura, dura y a su vez extraña. Y es que no he hecho particularmente nada, pero asimismo, no me ha sobrado nada de tiempo, un tiempo realmente necesario para mí. Bueno, para mí y para mis nervios.

Ya hemos comenzado con los exámenes y eso solo significa una cosa: más estrés. Me duele la cabeza, me duele la espalda y el cuello, me duele la muñeca de tanto escribir, y me duelen los labios, debido a que me he pasado gran parte del día sin usarlos, y los tengo muertos. Muertos y secos, y no encuentro mi Letibalm.

Y lo único que me apetece ahora es tumbarme, abrir la ventana escuchar el viento y los coches de la autopista y finalmente pero no por ello menos importante, de hecho lo más importante, ¡Dormir! Osea que, dirección:  mi cama.

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