1 de junio de 2011

Paredes color hueso.

Sentado, espalda recta, cabeza bien alta. Los ojos abiertos como dos grandes platos, todos tus pensamientos clavados en esa imagen. Respirando con inquietud, inflando y desinflando las aletas de la nariz. Incapaz de tragar saliva siquiera. Respirando con cada vez más afán. Tu cuerpo se abalanza sobre el suelo, retorciéndose, sin saber a que aferrarse, que agarrar para calmar tal inaguantable sufrimiento. Solo un hilo de voz agónica consigue salir de tus labios. Una voz que se clava en las paredes de la habitación. Convirtiendo las paredes blancas, totalmente negras. Hasta que finalmente rompes en el tan evitado estado de cólera y exasperación, que llevan a un largo periodo de baño de lágrimas y dolor.

Escuchar: Automatic Loveletter - Hush.

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